Los sentimientos son recursos necesarios para sobrevivir y evolucionar
Se
han hecho esfuerzos significativos para resolver el intrigante misterio que
envuelve a nuestros sentimientos y emociones. Sin embargo, no parece existir
mucha unanimidad conceptual al respecto. Al fin y al cabo, nos movemos en
terrenos filosóficos… ¿O quizás no?
Pues
la verdad es que sí, pero no.
No
le podemos negar a la filosofía su tenacidad investigadora a lo largo de la historia, pero son las nuevas
disciplinas en neurología y endocrinología quienes más nos están ayudando a
entender nuestras capacidades.
Los
sentimientos son recursos mentales, que
nuestra naturaleza nos han otorgado para ayudarnos a evolucionar como especie.
El
ser humano desde sus inicios, necesito satisfacer una serie de necesidades
básicas fisiológicas, como comer o beber, y se proporcionó a nuestro organismo
de recursos o mecanismos físicos que nos ayudarían a saber cuándo debíamos
desarrollar estas actividades. En este caso, nos doto del hambre y la sed, sin
los cuales ni comeríamos ni beberíamos.
No
obstante, para que pudiéramos evolucionar como especie, necesitábamos otro tipo
de recursos, porque teníamos otro tipo de necesidades. Así, nuestra naturaleza
tuvo que ingeniárselas para avisarnos no de manera física, sino mental de que
teníamos que realizar ciertas actividades que también nos eran necesarias; Como
por ejemplo huir de un peligro.
De
esta forma, surgieron los sentimientos.
Y
al igual que el hambre y la sed son recursos físicos que nos avisan que tenemos
que comer y beber, o lo que es lo mismo que satisfacer alguna necesidad física,
los sentimientos son recursos psíquicos que nos avisan que tenemos que
satisfacer alguna necesidad psíquica.
Para
ello nuestra naturaleza nos provee del miedo, el temor, la ansiedad, la
preocupación o el recelo. Otros sentimientos, como el valor y la agresividad
nos ayudaran a enfrentarnos y solucionar ese mismo peligro. Algunos nos
incitaran a procrear, como el placer sexual y el enamoramiento. Otros, como el instinto
maternal, el cariño o el amor nos ayudaran a perpetuar la especie motivándonos
a proteger a los hijos. Algunos, nos ayudaran a reflexionar sobre nuestro
comportamiento y por tanto nos obligaran a superar los obstáculos y
evolucionar; como el sentimiento de culpa, de vergüenza, el arrepentimiento, el
remordimiento o el descontento. Finalmente algunos nos ayudaran a tener ilusión
por vivir, como el placer, la felicidad, el bienestar o la alegría.
Es
evidente que los sentimientos “no existen por casualidad”, ¡Están ahí porque
los necesitamos!.